lunes, 21 de diciembre de 2015

Ideas Negras. André Franquin


En esta obra Franquín abandona a sus personajes más entrañables con los que se había hecho un hueco en el mundo del cómic europeo, para mostrarnos una obra muy alejada de su estilo habitual. Al igual que le había ocurrido  artistas como Van Gogh o  Goya, fruto de sus depresiones o locuras crearon sus obras más destacadas, André Franquín, con su carácter reservado y perfeccionista hasta lo obsesivo creó sus Ideas Negras, sumido en una profunda depresión.
La novela gráfica está compuesta por 65 historias, no siguen ningún tipo de hilo que las relacione y el autor va variando de género y de formato según le interese. La variedad de temas y enfoques hace que el impacto de cada tira sea muy dispar, aunque se nota la maestría de un artista que domina como pocos los recursos del humor, como ya había demostrado en sus obras más populares y que en esta ocasión vuelca todo su saber para conseguir algunos momentos de verdadero impacto.
La gran mayoría de tiras ocupan la página completa, también nos podemos encontrar tiras que ocupan media página o un cuarto de página.
En cuanto a la temática, Franquin varía entre tiras que narran una pequeña anécdota macabra (como la del ministro que alardea de todo lo que ha ganado con las comisiones de contratos de defensa que ha firmado y acaba muriendo porque la falta de presupuesto público hace que no haya ambulancias que puedan atenderle tras un accidente de tráfico), otras tienen ciertos toques de ciencia ficción ambientadas en mundos apocalípticos. O bien, que apuestan por un humor más simbólico (como la del preso que para conseguir su libertad debe salir de un laberinto) o directamente abstracto (como la del paraguas que se transforma en vampiro).
Como podemos observar a través de un humor muy negro, pasó factura a todos los miedos y miserias de la sociedad de su época: el egoísmo, la corrupción, el abuso de poder, la ambición, la pena de muerte, el miedo a un holocausto nuclear, hasta el toreo o la caza. Miedos y miserias todos ellos muy actuales, lo que convierte a esta novela gráfica en un texto atemporal.






 

martes, 10 de noviembre de 2015

Suite Francesa. Irene Némirovsky













Suite francesa es parte de un proyecto ambicioso que Némirovky desafortunadamente, no pudo finalizar. La escritora fue detenida en 1942 y trasladada a un campo de concentración, muriendo en Auschwitz poco tiempo después. La novela está compuesta como una sinfonía en cinco movimientos tomando como inspiración la 5ª Sinfonía de Beethoven. Hasta nosotros llegó un boceto de la novela que tenía en mente, estaría dividida en cinco partes –de las cuales sólo llegó a escribir dos,  el título y algunas ideas sueltas del resto - siguiendo la estructura de la composición musical.
El libro arranca con un estruendo: el bombardeo sobre las calles de París. Alertadas por el rugir de las alarmas que anunciaban la cercanía de los aviones enemigos, miles de familias se lanzan a la carretera en coche, en bicicleta o a pie. Esta huida queda narrada con gran maestría, es la situación idónea para saca a la luz la esencia de los seres humanos, los velos del buen comportamiento, de la educación, de la corrección, se caen cuando uno olfatea el peligro, dando lugar a escenas conmovedoras aunque en su mayoría son grotescas y despiadadas.
La marcada diferencia entre ricos y pobres es una constante en Suite Francesa. Quien escribe se encarga de ridiculizar a los pudientes cuando se aferran a lo que tienen y pierden la perspectiva del mundo real. La clase dominante mira con arrogancia al pueblo, los considera inmaduros, inferiores, hasta el punto que muchos de los personajes más pudientes, consideran a la gente común un estorbo si no están para servirlo, según quieren creer ellos, el dinero y la clase les otorga, una autonomía especial. Nemirovsky considera que justo por eso, por una mejor educación y más privilegios, ellos deberían tener un mejor criterio y una visión del mundo más amplia y generosa.
La segunda parte de la novela se centra en la presencia de los invasores en el día a día de una pequeña localidad francesa, se vislumbra el desmoronamiento del orden social imperante y el nacimiento de una nueva época. La historia da una oportunidad a los enemigos para conocerse a nivel personal, lo cual planteará otras guerras paralelas, los seres humanos convierten en enemigo a todos aquellos que no comparten sus mismos intereses, vemos colaboracionistas con los alemanes, historias de amor, realidades difíciles de asumir para quienes se indentificaban con una comunidad y tenían bien definido al enemigo oficial.
Némirovsky plasma con gran habilidad lo que ocurre dentro de sus personajes en plena contienda, ambos protagonistas son personas que pertenecen a bandos enemigos. Para ella, el  ser humano está por encima de los conflictos a los cuales se ve arrastrado por su grupo. Por eso le otorga todo el peso y la responsabilidad en sus actos. Así queda de manifiesto en sus notas:

"Hago aquí la promesa de no volver a descargar mi rencor, por justificado que sea, sobre una masa de hombres, sean cuales sean su raza, religión, convicciones, prejuicios o errores. Compadezco a esos pobres chiscos. Pero no puedo perdonar a los individuos, a los que me rechazan, a los que nos dejan caer fríamente, a los que están dispuestos a darnos la patada. A ésos, si los cojo algún día..." (pág 418).

Irène Némirovsky no sobrevivió a su época, no pudo evadirse de sus verdugos. Cazada prácticamente cuaderno en mano, se afanó sin embargo en insuflar vida a sus criaturas. Incluso siendo generosa con personajes mezquinos, dándoles la posibilidad de una huída que se negó a sí misma. Cerrando de este modo su novela, inconclusa, de una manera casi mágica, en círculo, de nuevo la guerra fuerza a una masa humana a ponerse en movimiento, en este caso son los alemanes, llamados al combate en Rusia, se ven obligados a abandonar el pueblo, entonando un himno grave y lento que se pierde en la noche.
Desde su mismo título, la novela encierra un canto a la música, a los sonidos, tal vez "porque sólo la magia de la música puede romper las barreras que separan a vencedores de vencidos, y tocar algo indestructible en su interior".



Irène Némirovsky nació en Kiev, en 1903, era hija de un banquero judío ucraniano y murió en el campo de concentración de Auschwitz, 17 de agosto de 1942,  la novelista de origen ucraniano,  vivió gran parte de su vida en Francia, se sentía francesa y publicó su obra en francés. A pesar de ser una figura muy valorada a nivel literario, no le permitieron sobrevivir a la masacre judía. Fue deportada bajo leyes raciales por su origen judío, aunque se había convertido al catolicismo en 1939.
A continuación enumeramos los títulos tan maravillosos que nos dejó:
  • El malentendido (novela, publicada en 1926 en la revista Le Oeuvres Libres y editada como libro en 1930).
  • Un niño prodigio (novela, 1927).
  • David Golder (novela, 1929).
  • El baile (novela, 1930).
  • Nieve en otoño (novela, 1931).
  • El caso Kurílov (novela, 1933).
  • Le pion sur l'échiquier (1934, no traducido al español).
  • Films parlés (1934, no traducido al español).
  • El vino de la soledad (novela, 1935).
  • Jezabel (novela, 1936).
  • La proie (1938, no traducido al español).
  • Deux (1939, no traducido al español).
  • El maestro de almas (novela, 1939).
  • Los perros y los lobos (novela, 1940).
  • Los bienes de este mundo (novela, publicada en 1941 en el semanario Gringoire y editada como libro póstumamente, en 1947)
  • La vida de Chéjov (biografía, 1946, obra póstuma)
  • Fogatas (novela, 1948, obra póstuma).
  • Dimanche (cuentos, 2000, no publicado en español, obra póstuma).
  • Destinées et autres nouvelles (2004, no publicado en español, obra póstuma).
  • Suite francesa (novela, 2004, obra póstuma).
  • El ardor en la sangre (novela, 2007, obra póstuma).








viernes, 30 de octubre de 2015

SOLDADOS DE SALAMINA. JAVIER CERCAS.


Resultado de imagen de soldados de salamina


«La novela, básicamente, habla de los héroes, de la posibilidad del heroísmo; habla de los muertos, y del hecho de que los muertos no están muertos del todo mientras haya alguien que los recuerde; habla de la búsqueda del padre, de Telémaco buscando a Ulises; habla de la inutilidad de la virtud y de la literatura como única forma de salvación personal...»
Javier Cercas, Diálogos de Salamina

lunes, 6 de julio de 2015

Por quién doblan las campanas. Ernest Hemingway.











Comenzaremos haciendo referencia al título de la novela, que procede de la obra “Devotions Upon Emergent Occasions” del poeta metafísico inglés John Donne y se encuentra en su Meditación XVII escrita en 1624:


« […] Ningún hombre es, en sí mismo, equiparable a una isla; todo hombre es un pedazo del continente, una parte de tierra firme. Si el mar se llevara lejos un troz de tierra, Europa perdería  un promontorio, como si se llevara una casa solariega de tus amigos o la tuya propia. La muerte de cualquier hombre me empequeñece, porque soy parte de la humanidad. Por eso no quieras saber nunca por quién doblan las campanas; están doblando por ti.»


Estamos ante una de las novelas más conocidas de Hemingway, donde refleja lo comprometido y gran conocedor que era de la realidad española de 1937.
La historia comienza cuando Robert Jordan, dinamitero norteamericano enrolado en las Brigadas Internacionales llega al campamento de Pablo, guerrillero republicano, acompañado por el viejo Anselmo. Jordan, el protagonista, tiene la difícil  misión  de demoler un puente tras las líneas enemigas en el momento exacto que el bando Republicano va a lanzar una ofensiva. Para ello necesitará el apoyo de la banda de Pablo y de cualquier grupo que opere por la zona, sin embargo la misión que el ruso Golz le ha encargado a Jordan es un suicidio a los ojos de Pablo, que está en contra de la misión desde un principio, llegando incluso a obstaculizarla. Sin embargo, Pilar, esposa de Pablo, y otros miembros del grupo ven factible cualquier  actividad en contra del enemigo.
La narración se desarrolla en tres días muy intensos, desde que Jordan contacta con los guerrilleros hasta que tiene lugar el inicio de la ofensiva.
A pesar de transcurrir la acción en un tiempo muy breve, a través de las conversaciones de los diferentes personajes y de los hechos que nos narra, Hemingway nos ofrece un retrato muy veraz de lo que fueron esos primeros tiempos de la contienda: la desorganización y la caótica indisciplina en las filas republicanas; las luchas internas entre las distintas facciones de la República, la falta de estrategas militares, un ambiente de desorden y de descalabro moral donde la intriga prospera más que la lealtad. Queda muy bien reflejada la participación de las fuerzas extranjeras como alemanes, italianos, las Brigadas Internacionales, la Unión Soviética, apoyos muy desiguales y en menor medida para la República. Hemingway, también resalta la importancia que tiene la solidaridad entre los miembros del grupo para sobrevivir ( tanto física como emocionalmente); esta obra también encierra una intensa historia de amor entre dos personajes con realidades dispares y vivencias opuestas, María y Jordan, seres tan antagónicos que sólo una realidad como la que están viviendo puede unir bajo un amor tan fuerte, que no entiende de egoísmos ni mentiras.
En esta novela hay ideales, pero por encima de ellos Hemingway nos muestra la sinrazón de la guerra. La población se mata entre sí, algunos luchan por ideales que ni comparten, se traicionan, y al final, en la hora de la muerte, sean de un bando o de otro, ironías de la vida, todos  buscan consuelo en el mismo Dios (exista o no).
La novela es de fácil lectura, con un estilo sencillo y un buen ritmo de la historia. Muestra rasgos típicos de la pluma de Hemingway como su gusto por la descripción minuciosa de los lugares, de las sensaciones, las personas, los olores…es tan sutil que podemos percibirlo con un poco de imaginación. Pero en los aspectos que más se recrea es en la descripción del ser humano, sus actos, sus valores, sus miedos. La atracción por el peligro y la presencia de la muerte marcaron su vida desde la niñez y aquí toman vida en la figura de Robert Jordan. Algunos críticos, opinan que estas reflexiones y los diálogos finales son un tanto infantiloides, quizás más en la forma que en el fondo. También podemos considerar que la historia de amor es demasiado azucarada y poco creíble. Y para finalizar, puede resultar curioso en nuestros días, la presencia tan marcada en toda la novela del mundo del toro. La lidia representaba para Hemingway la máxima expresión de un pueblo que celebra la vida y rendía culto a la muerte.





Hemingway fue un hombre dotado de una gran sensibilidad. Sin embargo, su personalidad creativa y atormentada, quedó eclipsada por la fachada de tipo duro, aventurero y vitalista que el escritor se labró hasta los últimos años de su vida.
Hemingway, estuvo casado en cuatro ocasiones: Hadley Richarson, Pauline Pfeiffer, Martha Gelhorn y Mary Welsh. Su actitud con las mujeres fue paternalista  y dominante a la vez que tierna y sensible. Cada vez que el escritor cambiaba de proyecto o de país, parecía llevar parejo la necesidad de una nueva presencia femenina en su vida y muchas de estas experiencias aparecen reflejadas en sus novelas.
La faceta de juerguista completa el retrato del Hemingway escritor, boxeador, deportista, aventurero, cazador, pescador o mujeriego. Desde su juventud, aprovechó cualquier ocasión para celebrar la vida brindando con una copa.